Resumen
El COVID persistente se caracteriza por una amplia variedad de síntomas que repercuten de forma significativa en la calidad de vida. Aunque en la práctica clínica e investigadora se utilizan con frecuencia cuestionarios genéricos de calidad de vida, estos instrumentos suelen centrarse en dimensiones de salud física, mental y social, sin llegar a reflejar manifestaciones específicas de esta condición. Aspectos como la disautonomía, la fatiga persistente, los problemas cognitivos o las consecuencias socioeconómicas permanecen insuficientemente representados, lo que limita la capacidad de evaluar de forma integral el impacto de la enfermedad. Con el fin de identificar dimensiones más ajustadas a la experiencia de los pacientes, se desarrolló un estudio Delphi en dos rondas con un panel multidisciplinar de profesionales vinculados a la atención clínica y la investigación en COVID persistente. Los participantes valoraron la pertinencia de distintas dimensiones y propusieron mejoras, combinándose el análisis cuantitativo de las valoraciones con la codificación temática de sus aportaciones cualitativas. Los resultados mostraron un amplio consenso sobre la importancia de mantener dimensiones clásicas como la salud física, la salud mental y el funcionamiento diario, pero también pusieron de relieve la necesidad de incluir otras específicas. Entre las más destacadas se encuentran la disautonomía, la vida afectivo-sexual, la autonomía personal y los aspectos económicos y laborales, todas ellas con gran impacto en la vida de quienes padecen la enfermedad. El consenso alcanzado ofrece un marco sólido que permite avanzar hacia evaluaciones más sensibles y contextualizadas, orientando futuras herramientas e intervenciones centradas en el paciente.
Details
Presentation Type
Ponencia temática de un trabajo
Theme
Políticas y prácticas de salud pública
KEYWORDS
Salud Física, Salud Mental, COVID
