Abstract

Los primeros acercamientos al conocimiento de las ciencias, se realizaron a partir de la observación de los diferentes fenómenos, sin embargo, había problemas que las ciencias tradicionales no habían sido capaces de resolver, por lo que fue necesario involucrar a la ecología en algunos temas de las ciencias naturales y sociales. La psicología ambiental es una de las disciplinas que se han enfocado en la relación entre la conducta del ser humano y el ambiente socio–físico, tanto el ambiente natural como el construido. La actuación de la psicología, obedece a los enfoques teóricos que sustentan los acercamientos entre el ser humano y el ambiente: Una perspectiva individualista, interaccionista, organísmica y transaccionista o sistémica, que en conjunto conforman la estructura epistemológica de la relación entre el sujeto y el entorno físico. Los determinantes ambientales de la salud se relacionan con las dimensiones físicas, biológicas y sociales con las que el ser humano se vincula en el proceso de medicalización y avances tecnológicos, teniendo en cuenta algunas características de la complejidad de la salud y de las dinámicas sociales, además de la modificación de las características del entorno, sumado a los problemas ya conocidos de los ambientes y del crecimiento de las ciudades. En este mismo contexto, el modelo ecológico de Bronfenbrenner, ha mostrado una importante consistencia en su postura interaccionista que coloca en diferentes niveles a las acciones vinculantes del individuo con el entorno en el que se ha desarrollado. Y, finalmente, las investigaciones que se relacionan con el síndrome del edificio enfermo, son muy específicas y enfocadas a la problemática que se planteó en los años sesenta sobre las características de los edificios ahorradores y herméticos. La óptica de los arquitectos Le Corbusier y Walter Gropius, sobre el espacio construido, determinaba la disposición espacial de acuerdo a la densidad de personas en su interior, no sólo en la perspectiva escultórica de la obra terminada. Estas reflexiones eran la puerta de acceso de la psicología ambiental en el proceso de planeación arquitectónica, una importante asociación de las disciplinas con las dinámicas sociales que se desarrollan en el interior de las edificaciones.